Escribo este poema para la niña que me cautivó,
dejándome encantado desde nuestra primera mirada,
dejándome perplejo por su bella sonrisa.
Encantado por la inocencia que reflejan sus ojos,
embobado por su ser lleno de alegría,
sorprendido por la belleza de su voz,
alucinado por la perfección que desconocía.
Tierna, sencilla y pura, cual luz que ilumina mi día,
Así te ve mi corazón lleno de melancolía,
Así te veo desde que entraste en mi vida,
Así y solo porque sí dulce niña mía.
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